- Higinio Sobera de la Flor "El Pelón"
Su primer asesinato reportado por la prensa ocurrió en 1952. Su víctima fue el chofer de la entonces Miss México, Ana Bertha Lepe. Se trataba de un capitán del Ejército a quien disparó en la céntrica avenida Insurgentes y la calle de Yucatán, en la colonia Roma. La prensa reportó que luego del crimen, El Pelón se refugió en los brazos de su madre, quien lo srobreprotegía de un padre violento, que algunos libros lo identifican como un industrial o hacendado del estado de Tabasco. La madre lo refugió en un hotel y de allí salió en busca de una mujer con quien tener sexo. Su siguiente víctima fue una mujer que no conocía y quien se negó a a tomar un café con él. La secuestró, la llevó a un hotel de paso y la mató. Las autoridades sólo pudieron comprobarle esos dos homicidios, pero sospechaban que era resposable de otras muertes. Ya en la cárcel de Lecumberri, los doctores Alfonso Quiroz Cuarón, Alfonso Millán, y José Sol Casao lo sometieron a exámenes y le diagnosticaron esquizofrenia paranoica. Fue enviado al manicomio de La Castañeda. Allí lo llamaron el "psicótico, muralista" porque con su propio excremento "pintaba" murales en las paredes. Al obtener su libertad, muchos años después, corrió la leyenda de que se le veía deambular por el bosque de Chapultepec, tirando migajas de pan a los animales.
- Macario Alcalá Canchola "El Jack mexicano"
A este hombre sólo pudieron comprobarle el asesinato de dos prostitutas, pero siempre hubo la sospecha de que mató a 12 más, por lo menos. Sus crímenes ocurrieron en la década de los sesenta, en la ciudad de México y la prensa lo llamó el "Jack mexicano" porque él mismo se identificó así durante su juicio. Procedía de una familia de escasos recursos, cuando mucho cursó la educación básica y su vida estuvo marcada por un fracaso: durante un tiempo fue miembro de infantería de la Guardia Presidencial, pero fue despedido por su incompetencia e indisciplina. Después quiso dedicarse al boxeo, pero jamás logró destacar. Luego entró a trabajar como policía preventivo, bajó el nombre falso de Fernando Ramírez Luna, pero también fue despedido tras ser acusado y hallado culpable de los cargos de abuso de autoridad y uso excesivo de la fuerza durante un arresto.
Estuvo casado y tuvo varios hijos. Durante las investigaciones de los homicidios y el posterior juicio, su esposa declaró que Macario "se siente superior a todo aquel que lo rodea". Fue detenido por el crimen de una mujer de nombre Julia, quien fue hallada muerta en un hotel en septiembre de 1962. En el espejo, Macario dejó un recado escrito con lápiz labial que decía: "Jack mexicano, reto a Cueto", el entonces jefe de la policía. Ese mismo mes fue detenido y llevado a prisión, condenado a una pena de 60 años.
- Las hermanas González Valenzuela "Las Poquianchis"
Así fueron conocidas las hermanas González Valenzuela –María Luisa, Delfina, María de Jesús y Carmen–, a quienes atribuyeron el asesinato de al menos 150 personas, la mayoría prostitutas que trabajaban en sus burdeles. Las autoridades presumieron que a muchas de sus víctimas las enterraron vivas. Eran originarias de El Salto, Jalisco, y durante su infancia fueron víctimas de violencia familiar. Para huir del maltrato de su padre, Carmen se fugó con su novio, cuando era una adolescente. Pero su padre la encontró y la encarceló en la prisión municipal.
Las hermanas trabajaban como obreras en una fábrica textil, donde recibían sueldos miserables. Al morir sus padres, recibieron una modesta herencia que ocupan para abrir un prostíbulo y comenzar con sus crímenes. Ganaron fama por su bar en San Francisco del Rincón, Guanajuato, donde las llamaron "Las Poquianchis". Reclutaban mujeres con engaños y las obligaban a dar sexoservicio. El 6 de enero de 1964 fueron detenidas después de que una de sus víctimas escapó y las denunció. Las autoridades encontraron un pequeño cementerio con restos humanos de sus víctimas. Su historia inspiró a Jorge Ibargüengoitia para escribir su novela "Las Muertas", que sirvió de guión para una película del mismo nombre dirigida por Felipe Cazals.
- Juana Barraza Samperio "La mataviejitas"
Como luchadora se llamaba "La dama del silencio". Esta mujer fue hallada responsable de al menos 12 robos y 16 asesinatos de personas de la tercera edad cometidos entre 1990 y 2006, en la Ciudad de México. Entraba a su casa haciéndose pasar por enfermera y después los mataba y robaba. Por ello la prensa la identificó como "La Mataviejitas". Fue sentenciada a 759 años de cárcel y sigue presa en el penal de Santa Martha, donde ha reclamado su inocencia en distintas entrevistas con la prensa. Tras nueve años en prisión, en julio de 2015 contrajo matrimonio con otro interno pero un año después se divorciaron. Un dato llamaba la atención de ella: siempre vestía de rojo al cometer sus crímenes.
- Raúl Osiel Marroquín "El Sádico"
Secuestraba a su víctimas, todos homosexuales a quienes ahorcaba, descuartizaba y colocaba su cuerpo en maletas que abandonaba en las inmediaciones del Metro Chabacano y la colonia Asturias, en la Ciudad de México. "No me arrepiento de lo que hice. De tener la oportunidad, lo volvería a hacer, sólo que sería más cuidadoso para no ser atrapado y no cometería los mismos errores que llevaron a mi captura. De lo único que me arrepiento es por lo que está pasando mi familia ahora", dijo luego de su detención en enero de 2006. Fue condenado a 288 años de prisión.
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